Este artículo recoge algunas ideas sobre el desarrollo de talento, adaptabilidad y habilidades básicas para el futuro enunciadas por el Dr. Joseph Renzulli —profesor e investigador de la Universidad de Connecticut, autor de destacados libros y artículos y referente mundial en temas de Educación y Altas Capacidades— con el objetivo de socializarlas y poder evaluar en qué medida se perciben y/o persiguen hoy en la sociedad chilena. ¿Cómo educamos hoy para el mundo de mañana? ¿Qué hacer para desarrollar constantemente nuestros talentos? ¿Es necesario adaptarnos?
Joseph Renzulli y Sally Reis son los autores del Modelo de Enriquecimiento para toda le Escuela[1] que el Ministerio de Educación de Chile consideró al implementar el “Programa Promoción de Talentos en Escuelas y Liceos” a través del Decreto 230/2007 y posteriormente, los tres convenios “Talento Escuela” (2016-2021).
Lo único constante es el cambio
No es ningún secreto que vivimos la Cuarta Era de la Tecnología y que los avances en este campo siguen un ritmo vertiginoso y con implicaciones en múltiples ámbitos: desde la exploración espacial, tecnologías de la información y cadenas de producción, hasta medicina, física, educación, deporte, artes, etc. Sin duda, para poder mantener el paso con estos escenarios cambiantes, se requieren capacidades y talentos especiales de excelencia y constante adaptación. ¿Pero cómo conseguirlos? Lo preocupante es que los escenarios de aprendizaje hoy en día no logran ni siquiera proyectar la realidad que se aproxima y la mayoría de los estudiantes aún sueña con oficios que estaban de moda en el año 2000[2] y que van a desaparecer en los próximos diez años cuando un 70% de los trabajos serán tecnológicos. En este escenario, sólo el 40% de los empleadores cree que los nuevos graduados universitarios están adecuadamente preparados para el futuro mercado laboral, ya que no han logrado desarrollar las habilidades tecnológicas avanzadas, ni las llamadas «habilidades blandas» necesarias para los puestos de trabajo del futuro. Los empleadores llegan a la conclusión de que la mayoría de los currículos actuales (incluidos los de nivel universitario y post universitario) son casi totalmente obsoletos en un mercado laboral en rápida evolución.
¿Qué podemos hacer?
En la era en que, como humanidad, vamos camino a Marte, en que el machine learning está reemplazando cada vez más la inteligencia humana y casi un 50% de la población mundial tiene un smartphone, en Chile todavía hay estudiantes que tienen su primer contacto con la programación en la Universidad, ¡no antes¡[3]. Es imposible no preguntarnos: ¿Cuántos jóvenes se habrán equivocado de carrera por falta de autoconocimiento, por no haber sido expuestos a escenarios de aprendizaje que les permitan identificar sus intereses? ¿Cuáles son las repercusiones de este tipo de “mala elección”? ¿Cuántos talentos se están desperdiciando cada año? Y ¿Cómo recuperar el tiempo perdido, si es que es posible?
Organizaciones de alto nivel han realizado aportes en este sentido. Estudios recientes[4] recomiendan las siguientes ocho experiencias de aprendizaje de alta calidad para preparar a los estudiantes para lo que llaman la Cuarta Revolución Industrial:
Aptitudes para la ciudadanía mundial: | Competencias de innovación y creatividad: | Competencias tecnológicas: | Habilidades interpersonales: |
Incluir contenidos centrados en crear conciencia sobre el mundo en general, la sostenibilidad y desempeñar un papel activo en la comunidad mundial. | Incluir contenidos que fomenten las competencias necesarias para la innovación, incluida la resolución de problemas complejos, el pensamiento analítico, la creatividad y el análisis de sistemas. | Incluir contenidos basados en el desarrollo de competencias digitales, incluida la programación, la responsabilidad digital y el uso de la tecnología. | Incluir contenido que se centre en la inteligencia emocional, incluyendo empatía, cooperación, negociación, liderazgo y conciencia social. |
Aprendizaje personalizado y a su propio ritmo: | Aprendizaje accesible e integrador: | Aprendizaje colaborativo y basado en problemas: | Aprendizaje a lo largo de toda la vida y dirigido por los estudiantes: |
Pasar de un sistema en el que el aprendizaje está normalizado a uno basado en las diversas necesidades individuales de cada alumno y lo suficientemente flexible como para permitir que cada alumno progrese a su propio ritmo. | Pasar de un sistema en el que el aprendizaje se limita a aquellos que tienen acceso a las infraestructuras escolares a uno en el que todos tienen acceso al aprendizaje y, por tanto, es inclusivo. | Pasar de la entrega de contenido basado en procesos a la entrega de contenido basado en proyectos y en problemas, lo que requiere la colaboración entre pares y refleja más estrechamente el futuro del trabajo. | Pasar de un sistema en el que el aprendizaje y la adquisición de habilidades disminuyen a otro en el que todos mejoran continuamente las habilidades existentes y adquieren otras nuevas en función de sus necesidades individuales. |
Mantenerte sobre la ola
En cuanto al último punto de la tabla anterior —el aprendizaje continuo a lo largo de toda la vida— Renzulli propone la teoría de “agarrar una ola”[5], metáfora del deporte de surf. La teoría puede describirse de manera muy sencilla: los estudiantes no sólo deben tener una base fija de conocimiento y aptitudes, sino que también deben aprender a adquirir nuevos conocimientos y aptitudes, de manera continua e independiente y a ajustar sus objetivos de manera flexible a medida que surgen las oportunidades. Por lo tanto ¡hay esperanza!
Por ejemplo, en competencias tecnológicas, la solución sería el perfeccionamiento continuo en “tecnología de punta” relacionada con el campo de especialidad inicial. Renzulli expone el caso de Jeff, un graduado universitario que se especializó en teatro pero que rápidamente encontró que las oportunidades de trabajo en esta área eran pocas y lejanas. En otras palabras, se estrelló en su primera ola y necesitaba tomar otra ola para seguir avanzando en su carrera. Jeff decide tomar un curso de programación y logra conseguir un cargo donde usa sus nuevas habilidades tecnológicas en el sector de la escenografía. La posición no dura mucho ya que se requiere de tecnología más sofisticada aún, por lo que Jeff tiene que nadar de nuevo y agarrar otra ola. Esta nueva ola requiere entrenamiento avanzado en un programa llamado Sketch2Code, que utiliza inteligencia artificial para convertir dibujos realizados a mano en prototipos HTML. Los diseñadores comparten ideas a través de Internet en una pizarra blanca y las contribuciones y cambios de cada uno se muestran en tiempo real en su navegador. Asimilando estas nuevas habilidades avanzadas, Jeff inmediatamente consigue un nuevo trabajo. En otras palabras, cuando la primera ola que estaba montando se estrelló, «nadó mar adentro» aprendiendo nuevas habilidades y luego atrapó una nueva ola para que pudiera seguir siendo productivo en su campo. Sin duda, tendrá que continuar este proceso a medida que sigan surgiendo nuevos cambios en la tecnología a un ritmo de rápido crecimiento.
Continuará
Es difícil predecir el futuro, pero podemos razonar que, para ser capaces de adaptarnos al mundo laboral del Siglo XXI, necesitamos habilidades tecnológicas de punta y “habilidades blandas” que nos permitan navegar el mar de incertidumbre. La buena noticia es que los seres humanos nos adaptamos rápidamente, ¡es así como hemos logrado sobrevivir por miles de años!
Algunos ya lo han entendido: actualmente 15% de las postulaciones en grandes empresas como Google, IBM, Amazon vienen por parte de jóvenes autodidactas, con o sin certificaciones, pero que son capaces de mostrar sus habilidades en tests de simulación y aprobarlos. Esta variable cambia el panorama del mundo laboral y democratiza las oportunidades porque ya no importa el nombre de la universidad donde te titulaste mientras logres conseguir las habilidades necesarias. En cuanto a las “habilidades blandas” para es Siglo XXI, allí también los empleadores más profesionalizados en sus procesos de reclutamiento consideran herramientas que miden directamente características predictivas para el futuro desempeño, como la creatividad, capacidad de resolución de problemas complejos, flexibilidad, entre otras.
En ALTA-UACh nos preocupamos de propiciar a los niños y niñas escenarios novedosos de aprendizaje para que puedan constantemente identificar y desarrollar sus talentos. Y tú ¿cómo logras mantenerte sobre la ola?
Mg. Lavinia Armasu – Directora(I) Escuela de Talentos ALTA-UACh
[1] Enriqueciendo el currículo para todo el alumnado, Joseph Renzulli; Sally Reis, 2016. Título original de le obra: Enriching Curriculum For All Students (Corwin Press, SAGE Company, 2018, second edition)
[2] Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos, 2019
[3] Conversatorio “Información y Tecnología – Especial: DIA DE LAS NIÑAS EN TI” Universidad de Chile, 22 de abril de 2021 https://www.youtube.com/watch?v=7T8kfic4KOA&t=2759s
[4] Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y Schools Of The Future (OCED, 2019)
[5]La Teoría de la Adaptabilidad de “Catch-A-Wave” – Renzulli, J. S. (2020). The Catch-A-Wave Theory of Adaptability: Core Competencies for Developingn Gifted Behaviors in the Second Machine Age of Technology. International Journal For Talent Development And Creativity, 8 (1), pp.79 – 93
Muy interesante el artículo, necesariamente hay que tomarlo en cuenta a la hora de ayudar a nuestros hijos a identificar y potenciar sus talentos y que la ola que escojan sea la propicia para ellos y los haga por sobretodo felices. Muchas Gracias por este tremendo aporte.